La Mirada de Todos / A producir

programa del gobernador no 47  (5)
Por José Gregorio Vielma Mora

No hay otra salida para el país, en estos tiempos, con la actual coyuntura crítica de caída sostenida de los precios del petróleo, no queda otra opción sino, de una vez por todas, superar el rentismo petrolero. Históricamente mucho se ha hablado de esta necesidad, desde la época de Isaías Medina Angarita (1940-1945) esta discusión tiene relevancia y pertinencia, sin embargo no hemos logrado romper la lógica de soportar nuestra economía con el ingreso procedente de la venta de nuestro crudo.

Durante los años de la década de 1960, se intentó, sin éxito, ejecutar una política de sustitución de importaciones que derivó más bien en más importaciones y nuestro empresariado se quedó en el nivel de “ensamblador”. En realidad no se ejecutó una política sistemática que estudiara cada sector en específico para ir reemplazando componentes importados y agregar valor a la cadena de producción en Venezuela. Por eso repito, la sustitución de importaciones debió profundizarse hasta alcanzar una producción con mínimos porcentajes de componentes externos. Y de esa manera, nos tocó enfrentar más de una crisis por la baja de precios de hidrocarburos durante las últimas 3 décadas del siglo XX venezolano.

El presidente Hugo Chávez, siempre tuvo mucha claridad sobre esta debilidad estructural de nuestra economía y nos advirtió, no pocas veces, de la necesidad de alcanzar nuestra soberanía económica. No pocos fueron los esfuerzos y mucha la inversión que hiciera para apalancar nuestro aparato productivo. Recordemos que el Comandante Eterno, en ninguno de sus períodos presidenciales, contó con la paz política suficiente para aglutinar las fuerzas asentadas en nuestro precario aparato productivo y apalancar políticas públicas que derivaran en un desarrollo sostenido nuestra industria y agricultura. Cierto es que muchas fueron las desviaciones y malas inversiones ocurridas en el período de la Revolución Bolivariana y vimos como Chávez, públicamente y de cara a la verdad, ejerció la autocrítica y tomó muchas medidas correctivas en ese sentido.

Ahora bien, desde mi punto de vista político y sociológico, asumiendo fallas y desaciertos hay en la cultura venezolana graves limitaciones para superar el rentismo petrolero. Más allá de las políticas públicas de este gobierno, acertadas o no, en nuestro país hay poco emprendimiento. Se pueden dar miles de excusas: la escasez de divisas, la inseguridad jurídica, la inestabilidad política, entre otras, pero la historia universal tiene ejemplo claros y concretos que demuestran que para los empresarios emprendedores, inteligentes y astutos, ninguna de esta limitaciones –en caso de existir- han detenido la marcha de la producción de un país, por el contrario el emprendimiento real y la verdadera mentalidad empresarial se sobrepone a los límites con riesgo calculado y éxito seguro. La Alemania y el Japón de la postguerra son claros ejemplo de ello. En la actualidad, los casos de Bolivia y Ecuador, para no citar al Brasil, son muestras claras de la conciliación de los intereses públicos y privados con enfoque social y desarrollo económico

Debemos educarnos para la producción. Desde nuestros hogares, a nuestras hijas e hijos debemos inculcarles el valor del trabajo productivo, del emprendimiento inteligente y audaz. Nuestras escuelas y universidades deben, obligatoriamente, tener enfoque hacia lo productivo. Debemos romper la lógica de buscar “un buen sueldo” por la de lograr “buenos y sanos ingresos”. Es urgente, todo o casi todo, debe estar enfocado a formarnos como ciudadanos productivos, creadores y emprendedores.

La formación de la riqueza de un país requiere no solamente empresarios productivos y no importadores. Requiere que el trabajador, sea público o privado, reflexiones sobre su aporte individual o colectivo al hecho productivo. Ya basta de contar con los dólares que otorga el Estado, es necesario que todos nos enfoquemos en producir divisas para el país y con profundo amor patrio dejar esas riquezas en nuestro suelo para reproducirlas en términos geométricos.

Los que apuestan a un cambio de gobierno no pueden escapar de esta responsabilidad compartida. No es tiempo de egoísmos y cálculos políticos porque, al final, saldrá la verdad a relucir y deberán asumir la responsabilidad del daño hecho a Venezuela.

@VielmaEsTachira