GNB: Centinelas que enfrentan el terrorismo en Táchira

Las guarimbas entorpecen y niegan la productividad de la región. Son escenarios  para el desorden, promoción del odio y terror en las calles

C_ekyuOXkAAhBTO

Desde el  mes de abril de este año, se reedita los días de caos y terror que sometieron y secuestraron a tachirenses durante las guarimbas del 2014. En esta ocasión, nada es diferente, supuestos “forjadores de la libertad” detrás de una capucha  incendian, destruyen, saquean comercios al mismo tiempo infunden terror y coartan el derecho del libre tránsito a personas que quieren trabajar, estudiar, ir al médico o simplemente salir de sus casas.

Todos estos hechos,  protagonizados por “vándalos” que aferrados a los artículos  350 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, se atribuyen roles basados en riesgos y amenazas para la ciudadanía.

tachra

“Las guarimbas entorpecen y niegan la productividad de la región. Son escenarios  para el desorden y promoción de disturbios suscrita por la desestabilización y el caos”, puntualiza el Mayor General José Temístocles Morantes Torres, comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral de los Andes (Redi-Andes).

La seguridad nace como respuesta ante las amenazas del entorno, “se fundamenta en la legitimidad y el sentir de la población en el proceso participativo entre autoridades y el tejido social”, asegura la autoridad militar.

Sobre el Plan Zamora anunciado por el presidente Nicolás Maduro que reitera la unión Cívico-Militar en función de restituir las garantías ciudadanas e interviene para restituir las garantías ciudadanas y conllevan a la integración del sistema de comando, “desde el 17 de mayo se desplegaron 2 mil efectivos de la Guardia Nacional y 600 pertenecientes a tropas especiales, entrenadas para combatir las acciones terroristas que se estaban registrando”.

En función a esto, los centinelas de la Guardia Nacional Bolivariana dentro de sus deberes está el velar por la tranquilidad y mantener el equilibrio social y  hacer frente a la ola de violencia y terror que brota en la guarimbas para garantizar la paz e  integridad de los tachirenses.

“Fue una tortura diaria”

gnb

Como tortura diaria, definió Marina Rojas los momentos vividos de angustia y zozobra en las inmediaciones del sector La Popita de la ciudad de San Cristóbal, donde reside.

“Las horas eran interminables. Parecía que estábamos secuestrados. Cada día era un terror diferente”, acotó.

Con dos hijos varones, reseñó el impedimento para poder comparar alimentos, “aprovechamos las mañanas para ir a comprar algunas cositas y regresar, pero todo era una angustia, un miedo, una zozobra”.

“Siempre estuve rogando a Dios por ellos a fin de que evitará que fueran agredidos o golpeados y al mismo tiempo, por los jóvenes incursos en la violencia,   muchas veces se dejan llevar por ambiciones o mentiras de políticos que nunca están presentes en las guarimbas y sólo lo envían como carne de cañón”.

La mayoría eran muchachos, prosiguió,  quienes se turnaban para hacernos pasar noches de escándalo y terror. Muchos de ellos, desconocidos, como que venían de otros lugares.

Fue una gran alegría combinada con un alivio, el día que las autoridades lograron liberar esta zona del caos y del desastre. “Ahora vemos la avenida Ferrero Tamayo destruida. Sus calles son rastros del odio y hasta si hubiese pasado un  huracán . ¡Dios nos proteja que esta situación de guarimba vuelva a repetirse!”, exclamó.

militar

“No somos enemigos”

Desde que las protestas “pacíficas” tomaron distintas formas de violencia, las personas apostadas en las guarimbas optaron por agredir a la Guardia Nacional Bolivariana con piedras, bombas molotov, metras y lo que se le atravesará con tal y sirviera para herir a estos funcionarios.

Uno de los 23 funcionarios heridos fue el Capitán Jean Carlos de La Rosa, adscrito al Zonal 21 de la Guardia Nacional Bolivariana, quien recibió un impacto de piedra en el rostro que por poco pierde el ojo.

 Ocurrió como a las 3 de la tarde, uno de los tantos días de violencia, estábamos patrullando en el municipio Cárdenas, siempre en acción preventiva del orden público, cuando  los encapuchados y personas participantes  comenzaron a lanzar objetos, relato De La Rosa.

guardia ayuda

Por pocos milímetros no me dieron en el ojo – prosiguió- la piedra impactó en el lado izquierdo de la cara, provocando un hematoma con derrame de sangre. Fui atendido de inmediato y trasladado en una ambulancia hasta la sede del Zonal 21 donde recibí atención médica”.

Fui uno de los agredidos con menos lesiones, pero tengo compañeros que aún están recuperando de las agresiones recibidas, uno de ellos, el sargento que intentaron quemar en la avenida Ferrero Tamayo.

 “La Guardia Nacional no es enemiga del pueblo, somos seres humanos que cumplimos una función en beneficio de las personas”, reflexionó el oficial mientras destacó la función preventiva cuando el orden público presenta conatos violentos basado en amenazas y agresión.

La vida en sociedad y el sentido de pertenencia no logran los objetivos si prevalecen los ataques hacia la convivencia, el respeto, la solidaridad y la participación dentro del ejercicio ciudadano. El delito, la violencia y el terrorismo son desafíos que las instituciones de seguridad enfrentan con la fuerza del deber y de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Conductas violentas

Para el comandante de Zona para el Orden Interno Número 21 (Zonal 21) de la Guardia Nacional Bolivariana en Táchira, General de Brigada César Méndez López, la acción disuasiva  en situaciones de orden público es la prioridad del funcionario militar, “pero si la realidad muestra características violentas, la propia vida de los centinelas se ve comprometida en atención al resguardo ciudadano”.

A este delito se le llama “ataque al centinela”, el cual contempla una figura jurídica propia de la acción de atacar un uniformado, cuya función está dedicada al resguardo del orden público y seguridad ciudadana es por ello, que quien lo cometa será juzgado en jurisdicción militar por organismos militares”.La situación también aplica – prosiguió – para quienes en manifestaciones de calle utilizan excremento como método de defensa, incurren en uso de un arma biológica contra los funcionarios. Un delito con injerencia internacional.

guardia

“Los integrantes de La Guardia Nacional, el Ejército y la Policía nacional o regional, no son enemigos del pueblo. Son servidores públicos con preeminencia al respeto y seguridad ciudadana”, puntualizó el General de Brigada.

Táchira un gentilicio de trabajo

El estado Táchira distinguido por un gentilicio de trabajo y avanzado en  productividad, vio afectada la cotidianidad por las barricadas, quemas de cauchos, escombros, basura, cachivaches y hechos terroristas que aparte de afectar el ambiente, simbolizan criterios no acordes con la idiosincrasia del andino.

“Pareciera que el erróneo proceder de las personas que optan por las  protestas en términos de agresión hacia los hombres y mujeres de uniforme, dejan a un lado la dignidad humana, por cuanto el funcionario militar o policial es un servidor público promotor de los derechos humanos  y protectores de todos los ciudadanos contra actos ilegales”, resalta la socióloga, Nerida Mendoza.

images (1)

La investigadora y docente universitaria, confirma el odio social hacia la autoridad militar y policial, pero también contra las instituciones del Estado, “todo producto de llegar al poder arremetiendo con la vida de las personas”.

Partiendo del elemento social – explicó Mendoza –  “los ataques constantes hacia los funcionarios de la GNB y policías producto del odio y la violencia,  dan cuenta de procederes irracionales por parte de personas que demandando peticiones al gobierno nacional, no comprenden al ser humano uniformado, quienes también tienen familia, hijos, hermanos y padres empapados de angustia”.

Lo informativo y descriptivo de los actos violentos ocurridos en Táchira, ilustran factores predominantes donde lo psicológico, lo social y legal evidencian la magnitud del problema.

El diálogo e intercambio de ideas son claves para  la Unión Cívico – Militar y como una sola fuerza buscar soluciones sin afectar los derechos de los tachirenses. Esto además  permitirá fortalecer los canales de confianza y promover la transmisión de informaciones para el aparato de inteligencia social contra las bandas criminales organizadas y generadores de violencia.

foto

De ahí el carácter vandálico y terrorista de las protestas donde la sociedad aclama tranquilidad por una paz ciudadana que se ve amenazada de manera constante, mientras el pueblo solicita la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de los espacios públicos.

+Datos 

Para el 19  de abril de 2017, la oposición venezolana convoca las manifestaciones de calle, con el fin de exigir la destitución de Magistrados del Tribunal Supremo de  Justicia que – a su juicio – habían dado un “autogolpe” o “golpe de Estado” anulando atribuciones de la Asamblea Nacional.

Aunque las sentencias fueron corregidas por los magistrados, los opositores insistieron en convocar marchas y concentraciones.

Según datos del Ministerio Público, hasta la fecha,  han fallecido 57 personas  en situaciones de saqueo, barricadas, disparos por bandas criminales, linchamientos y otros casos vinculados a las guarimbas.

En la lista de las personas fallecidas en Táchira,  está Paola Paola Ramírez, asesinada el  19 de abril producto de impacto de bala, en el barrio San Carlos de San Cristóbal.

Sigue Manuel Castellanos de 46 años de edad, en Tucapé municipio Cárdenas; José Francisco Guerrero, 15 años de edad, en el sector Sabaneta; Luis Alviarez 17 años de edad, en Palmira; Diego Hernández, 32 años de edad en Capacho Nuevo y Daniel Rodríguez, 18 años de edad, en Santa Ana del Táchira.

La problemática da cuenta que el derecho a la vida y la integridad de las personas quedó olvidada ante conductas violentas que sin importar los efectos negativos hacia el hogar y las familias del Táchira, suscriben la desestabilización bajo el amparo de la amenaza, la vulnerabilidad y el riesgo.

Se hace necesario, reiterar el respeto hacia los funcionarios encargados de la seguridad en la región. Son seres humanos cuyo oficio se afianza en la tutela del orden público, la tranquilidad ciudadana y al disfrute de los derechos. /FIN Deivi Wilson Ramírez 

SALUD

 

3420dab8-9ff6-425b-a9da-ef073f4546c9 Morantes Torrez (6)