A lo largo del recorrido que inició el pasado primero de agosto, cuando se cumplen 404 años del milagro de Tadea que dio rostro a la escultura emprendida por el Fray Francisco, luego de un terremoto, han sido muchas las personas que nos hemos topado en un camino lleno de fe.
Desde hace 26 años, la Peregrinación en honor al Santo Cristo de La Grita es uno de los atractivos religiosos y turísticos más conmovedores del Táchira y Venezuela; Cada año miles de devotos llegan a los pies del Cristo del Rosto Sereno como gratitud por sus bendiciones.
Niños, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos se han dispuesto a contar sus anécdotas y hacer de ellas, historias que atraen la curiosidad de propios y visitantes.
Luis Enrique Márquez, tachirense, oriundo del municipio Sucre, inició su travesía desde Capacho en el año de 1988, luego de ser intervenido quirúrgicamente de la columna, sanación concedida por el Santo Cristo.
Para Márquez, una promesa debe ser cumplida sin que los contratiempos sean impedimento; Ni el cansancio, la lluvia, la oscuridad, las bajas temperaturas o la soledad de una carretera. “El Cristo milagroso me ayudó, y mientras yo pueda caminar hasta él, lo seguiré haciendo”, dijo.
Este fiel creyente ha sido la inspiración de más de 4 grupos de peregrinos que hoy día recorren las diferentes rutas de acceso a la ciudad Atenas del Táchira, siendo San Cristóbal – Páramo El Zumbador – La Grita, la más significativa y transitada, con una longitud de 80 kilómetros y un tiempo aproximado de 16 horas de caminata.
Existen otras rutas tradicionales como la de Michelena, transitando por el Corredor de Las Rosas hasta el Páramo El Zumbador (74 Km); la que conduce La Fría – Las mesas – Seboruco (48 Km); Pregonero, Páramo de La Negra y San Simón, con llegada al municipio Jáuregui.
Así nace hace 14 años la Asociación de Apoyo al Peregrino del Santo Cristo de La Grita, grupo organizado que dio sus primeros pasos con 3 personas y actualmente, aglomeran más de dos mil 500 personas de varios estado del país, que salen desde la Iglesia de Santa Teresa en la ciudad de San Cristóbal, hasta llegar al santuario del venerado.
Víctor Rubén Pérez, vice-presidente de la asociación expresó que la intención principal de esta creación es planificar, organizar, coordinar y conducir todo el apoyo logístico que da asistencia al peregrino durante la fecha, contando con la colaboración de instituciones publicas, privadas y de particulares.
“Ha sido gratificante observar cómo se han sumado a nosotros miles de seres humanos provenientes tanto del Táchira como de otros estados de la geografía nacional, que investidos de decisión, fe, coraje, voluntad y demás valores, caminan un largo recorrido”, apuntó.
El Santo Cristo de La Grita también incentiva el deporte, es así como cientos de ciclistas se rinden a él. Desde la ciudad de San Cristóbal, más de 300 pedalistas dieron su mejor esfuerzo para lograr la meta en un recorrido de 6 a 8 horas.
Así mismo, más de 60 atletas de diferentes estados del país rodaron desde Puerto Cabello, estado Carabobo en una hazaña de 830 kilómetros por siete días.
No hay familia que se resista a realizar esta aventura engalanada con los mejores paisajes naturales y un clima que enriquece el turismo de los andes venezolanos.
Teresa Rojas, tachirense, peregrina acompañada de 26 miembros de la familia que se han unido a lo largo de cinco años de tradición, recomienda ésta experiencia a ojos cerrados.
“El Santo Cristo de La Grita para mí es muy poderoso. Él me concedió el milagro que le pedí. Mi sobrino se cayó de un cuarto piso y los diagnósticos eran que no podía caminar; yo le hice la promesa que donde él estuviera, yo le llegaba caminando. Solo espero que me otorgue muchos años más de vida para continuar haciéndolo”.
Igualmente, Ángelo Pernía, vocero de la comunidad de Salomón, municipio Andrés Bello, contó que desde hace 6 años tuvieron la iniciativa de organizar con un mes de anticipación los preparativos de la peregrinación
Hoy, más de 70 personas, entre ellos familiares, amigos y vecinos se reúnen para planificar la vestimenta, logística y refrigerios de quienes marchan hacia el Cristo. Sin embargo, luego de culminar su meta, se disponen a atender al devoto con la donación de algunas frutas, alimentos y bebidas como ofrenda a la salud, el bienestar familiar y la unión de la comunidad.
Vale destacar que la cordialidad del tachirense es una de las características fundamentales de quien reside en un estado donde los pueblos aún conservan sus tradiciones culturales y valores familiares que comparten con quien profesa su amor al Santo Cristo; por ello las atenciones de los lugareños no faltan.
La familia Rodríguez Contreras, ubicada en Santa Ana del Valle, localidad de El Cobre, municipio José María Vargas, a lo largo de seis años se ha dedicado a servir al peregrino a través de un refrigerio o la comodidad de un buen descanso por milagros conferidos.
“Todos los años, a partir del 2 de agosto, nos encargamos de recolectar dinero entre todos los miembros de la familia para darle atención a todas aquellas personas que visitan nuestro patrono. Para nosotros lo más importante es llevarnos una sonrisa y las bendiciones de quienes realmente se sienten agradecidos por la labor que hacemos con esmero”.
Otra de las tradiciones lugareñas de La Grita es la decoración de las fachadas y los balcones de las viviendas, espacios que reflejan el fervor de quienes rinden tributo al Cristo del Rostro Sereno. Las rosas rojas y blancas, además de telas y banderas de igual color, son los elementos más utilizados por quienes se esmeran en realizar dicho arte.
El Pan del Peregrino es otra de las curiosidades más significativas de la localidad durante esta celebración. Eduardo Vega, creador de la receta familiar contó que la iniciativa nace de la misma comunidad, al darse cuenta que todas las personas que llegaban, luego de una ardua jornada de caminata, pedían algún alimento.
Por ello, la familia se dispuso a crear un sabor único de pan dulce con ralladura de limón o naranja para estas fechas tan especial, que es distribuido entre propios y visitantes a precios económicos, como símbolo de agradecimiento al Santo patrono por las oportunidades, y al pueblo por creer en él.
Monseñor Mario del Valle Moronta agradeció a todos los peregrinos por la receptividad hacia el Santo Cristo de La Grita y a los mil 631 funcionarios de los diferentes órganos de seguridad nacionales, regionales y militares, e instituciones pública y privadas que se han desplegado a lo largo de todas las rutas y las adyacencias al Santuario para custodiar y prestar servicio a toda la feligresía que se hace presente en esta festividad religiosa.
Apuntó Monseñor que en el año 2013, más de 40 mil personas fueron participes de la eucaristía central y para este 2014, se espera la participación de 120 mil personas en las instalaciones del Santuario.
Todos estos feligreses con sus testimonios, anécdotas, visiones, creencias y devoción se encaminan a un solo mensaje, elevar el Santo Cristo de La Grita como Patrono de Venezuela, dándolo a conocer a través de la solidaridad de su pueblo, una franela, una imagen o una oración. FIN / Katherine Hernández. Fotos: Gabriel Barrero.