La Mirada de Todos | Detrás de la reacción colombiana

VMC29Por: José Gregorio Vielma Mora

Es muy lamentable que el gobierno de la hermana República de Colombia no reaccione en forma inteligente ante esta nueva realidad fronteriza derivada de la promulgación de la Decreto de Estado de Excepción tomado por nuestro gobierno, con sobradas y justificadas razones.

Era de esperarse tal reacción, en el fondo, la economía colombiana está acostumbrada a sacar provecho de la nuestra, ya sea en el terreno legal porque somos uno de sus más importantes mercados o bien, en el contexto de la ilegalidad, con las distintas modalidades delictivas que se han venido generando en estos últimos años, agregadas al histórico contrabando de extracción de combustibles.

Todas las autoridades colombianas manejan esta situación y se hacen de la vista gorda porque, en última instancia, para nadie es un secreto que esa economía ha venido presentando, en estos último años, debilidades estructurales importantes y, hasta ahora no se ha cuantificado, en su totalidad, la dependencia de la dinámica económica colombiana de las actividades de contrabando aunada a la actividad especulativa de nuestra moneda.

La actitud del gobierno colombiano, alineándose a las tendencias mediáticas internacionales, dirigidas a reclamar injustificadamente respeto de los derechos humanos de sus connacionales y no reconocer la profunda afectación de nuestro pueblo y nuestra economía, no hace más que corroborar esta sospecha: ¿Cuál es el nivel de dependencia de la economía colombiana de las actividades de contrabando de extracción desde Venezuela? ¿Cómo se afectará el mercado interno de combustibles en Colombia por la reducción del contrabando de gasolina y diesel desde nuestro país? Eso lo veremos ahora, pero vista la desproporción de las posiciones de los dirigentes colombianos, encubiertas bajo supuestas preocupaciones del impacto social en Cúcuta, nos lleva a pensar que la cuestión va más allá del tema de la defensa de los derechos humanos de los colombianos y, casi con seguridad se puede afirmar que la alarma sonará en los parámetros macroeconómicos de la economía del hermano país.

En síntesis, nuestra golpeada economía, que sufre una merma importante por la caída del precio petrolero, venía soportando la recesión oculta que vive Colombia. No hay otra forma de explicar la torpe conducta diplomática del gobierno colombiano después que Venezuela, en justicia y protección de su pueblo, tomara la medida de cierre fronterizo.Como buen gobierno de derecha, el presidente Santos cuenta con toda la red de medios internacionales para construir una realidad fronteriza inexistente, distorsionar la verdad y así ocultar sus verdaderas preocupaciones, que no es precisamente el pueblo cucuteño, sino sus previsiones de crecimiento económico para este año, sin contar ahora con los miles de millones de dólares que le genera a esa economía, el contrabando de extracción desde Venezuela y los ingresos derivados de la especulación permanente de nuestro signo monetario.

Ahora se pretende presionar internacionalmente a Venezuela. Me pregunto ¿Cuáles serán los argumentos que presentarán los colombianos ante la UNASUR? ¿Cómo justificarán la regularización y legalización de las actividades de contrabando? ¿Qué dirán del cobro de impuestos municipales a los “pimpineros” cucuteños? ¿Cómo explicarán el beneficio del Estado colombiano por los impuestos que les pagan las casas de cambio en Cúcuta por la especulación legalizada con el Bolívar?

Venezuela, honrando al Libertador, siempre ha tenido una actitud más que generosa, pero no pretendan los hermanos colombianos que vamos a seguir permitiendo la afectación de nuestra economía para reflotar a la neogranadina a nuestra costa. Como ya lo precisó nuestro presidente Nicolás Maduro, es momento ya de construir una relación fronteriza armoniosa, unas relaciones económicas igualitarias, en fin, una dinámica bilateral sincera y apegada a las leyes de ambos países. Venezuela merece de Colombia, y así lo exige, un trato de respeto y consideración porque tiene probadas razones históricas de solidaridad con ese pueblo hermano.Deberían hablar con claridad y honestidad antes de impulsar el escándalo mediático internacional que han armado, con el propósito de demonizar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. Si su economía empezó a depender de los ilícitos del contrabando tienen un gravísimo problema en ciernes, porque nuestro gobierno está dispuesto a defender los intereses del pueblo venezolano y salvaguardar nuestra economía.