El Comité de Víctimas de las guarimbas en Táchira organizó foro sobre el proyecto de ley de Amnistía y Reconciliación Nacional o ley según ellos, de Amnesia Criminal, para conocer la inconstitucionalidad de este documento que propone la Asamblea Nacional.
Julio García Zerpa, abogado de las víctimas expresó que esta ley del parlamento opositor es una farsa porque no se toman en cuenta a los dolientes de las víctimas de las guarimbas de todos los municipios del Táchira, aparte que pretende dar impunidad a ciudadanos que han delinquido.
“Son delitos cometidos como narcotráfico, estafas inmobiliarias y terrorismo que la mencionada ley incluye, los cuales están impunes y son considerados confesión de parte de quienes incurrieron en ellos desde el 1 de enero de 1999 hasta su futura aprobación”, afirmó.
Considera García Zerpa, que esto es grave, que hasta su aprobación siga en vigencia un lapso para hacer guarimbas, para protestar, para asesinar, para traficar con drogas y quienes ya cometieron delitos, quedar en libertad.
O sea que, explicó, de llegar a aprobarse esta ley en unos meses, cualquier persona comete un delito, participa en una guarimba o asesina y este delito queda impune porque la ley queda en vigencia el día de su aprobación y publicación en gaceta oficial.
Pretenden autoperdonarse con la Ley
Por su parte María Rondón víctima de las guarimbas por la muerte de su esposo, destacó que en todos los escenarios nacionales e internacionales donde van, llevan el mensaje de rechazo a la ley, dado que ellos pretenden autoperdonarse de los delitos cometidos.
“Para aprobar esta ley tienen que reconocer que ellos cometieron estos delitos, reconocernos como víctimas y en ningún momento lo han hecho, recordemos que ningún venezolano está exento de ser víctima”, refirió.
Pueden caer más vidas, cometer más delitos y seguir provocando actos de violencia agregó Rondón, sin que pase absolutamente nada como sucedió con mi esposo, dirigente del Psuv muerto el 15 de abril de 2013, cuando se encontraba cuidando la sede de Caimta ante las amenazas de ser quemada. FIN/Laura Escalante.
