«Ojalá que en todas partes hubiese un Teatro Teresa Carreño o una edificación como el Teatro Nacional de Venezuela o el Municipal de Caracas Alfredo Sadel, porque el espíritu que alimenta la cultura es precisamente el teatro».
¡El teatro es una forma de educar!, asegura David Blanco quien, como iluminador, diseñador, director de un grupo de teatro para niños y actor; por más de treinta años ha venido dándole forma a las tablas de Venezuela.
«Nosotros siempre hemos dicho que el teatro del interior necesita más protección, más ayuda y proyección porque la supremacía, desde el punto de vista de estructuras o escenarios, la ha tendido la capital del país».
Lo anterior fue producto de su más reciente periplo por la ciudad de San Cristóbal a donde vino a exhibir una de sus más espectaculares y controvertidas obras titulada Los Olvidados (de Edilio Peña) con su compañía de teatro Katia con K, y a perfeccionar a la casta de directores de teatro tachirense en el mágico mundo de la iluminaria teatral en el taller que denominó El ABC de la Iluminación.
De Los Olvidados hay mucho por decir: un dramático terriblemente hermoso, propio de un guion tan preciso que no pierde vigencia pese a los años que tiene. ¿Una obra hecha país o viceversa? ¡Tal vez! La calidad actoral de Martin Astubillo, Félix Guédez, Nadeimy Armao y Evelia Di Gennaro impresionó, atrapó y conmovió tanto a la audiencia que algunas personas desearon huir del Cedimet y todo debido al trasfondo de la pieza —no hicieron mutis.
Sin desbarajustes la caja actoral. Todo fue perfectamente cuidado y muy bien distribuido, ni siquiera faltó el aforo militar para ambientar el espacio. ¡¿Y qué decir de los cue en la iluminación?! Todo tan armónico cual sinfónica que le daban un plus a la atmósfera fotográfica.
En cuanto al taller gratuito el ABC de la Iluminación que duró tres días hasta el martes 22 de noviembre y dictado en la sede de Transhumante Teatro, Blanco señaló que el objetivo general es que en Venezuela existan técnicos iluminadores de calidad.
Allí los asistentes aprendieron para qué sirven cada una de las lámparas o reflectores que dan luz al teatro, así como su constitución y el set apropiado que se debe diseñar para montar un espectáculo.
«Toda obra se compone de escenografía, utilería, actores, iluminación, sonido y vestuario, entonces las luces también son importantes en cada acto o escena. Una buena iluminación realza un acto y cuando uno sale de una obra satisfecho es porque todo se ha cumplido».
Estas actividades forman parte del Circuito Nacional de Teatro Capítulo Táchira que realiza la Red Nacional de Teatro y Circo de Venezuela en nuestra entidad desde el 3 de noviembre y que ha convocado a más de 150 artistas de las tablas. A lo que resta ¡mucha mierda! /Fin Antherson Márquez /Fotos: Marcelo Delgado.
