«Creo que mi mamá Soledad Parada fue una de las primeras investigadoras que llevó la tradición tachirense a coreografías, iba a los pueblos, investigaba y de ahí creaba pasos muy suyos como hacerse la cruz bailando o agarrarse el mantón». Así resume su hija Soldelmar Osorio la importancia que tiene para el Táchira la bailarina Soledad Parada, a quien la Dirección de Cultura del Estado Táchira (DCET) le rindió un sentido homenaje póstumo este 1 de diciembre en el vestíbulo de la Sala de Ciencias del Museo del Táchira.
Entre amigos, familiares, exalumnos y amantes de la danza, alrededor de 80 bailarines del Grupo Madero, Danzas Córdoba, Danzas Latinas, Danzas IUT, Danzas Nacionalistas Manolo Moros, Ballet Juvenil del Táchira, Lady Corea Contempo y Ballet Juvenil de Rubio recordaron y honraron la memoria y legado de Parada, quien falleció el pasado 22 de julio y laboró en la DCET como promotora cultural y maestra.
Desde joropo, calipso, tambor, valses andinos y hasta ritmos electrónicos y contemporáneos fueron los acompañantes musicales de los niños y jóvenes que bailaron, algunos con energía y otros con visible timidez e inseguridad, ante la atenta mirada del público.
La velada tuvo tres momentos especiales: el primero lo protagonizó el Ballet Juvenil de Rubio al presentar Mujeres y Romantonas, baile típico del municipio Junín coreografiado por Parada, quien, además, es Patrimonio Cultural de esa circunscripción.
El segundo momento estuvo a cargo de Danzas IUT, su directora y coreógrafa por casi 17 años. La participación de sus miembros fue especial para los asistentes no solo por poder apreciar el talento y pasión de Parada por la danza al ejecutar sin modificación sus puestas en escena Concierto en la Llanura y Andinos de Corazón, sino por la participación dancística de sus hijos Alexis y Leandro Osorio Parada.
El tercer instante tuvo como actores principales a sus tres hijos, quienes recibieron en nombre de su recordada madre y de manos del director de Cultura del Táchira un reconocimiento y un Botón Honor al Mérito «por dedicar su vida y obra a engrandecer el arte en movimiento a través de la danza tachirense y por formar parte del legado cultural que enaltece nuestra Nación».
Para Soldelmar Osorio, también bailarina y docente de danza clásica, ver bailar el futuro de la danza tachirense le evocó gratos recuerdos que vivió junto a su progenitora fuera y dentro de los salones de clases.
«Yo recuerdo de niña que cuando íbamos a los municipios mi mamá estaba pendiente de cómo las lavanderas lavaban, y montaba pasos parecidos. Se obsesionaba con los detalles porque creía que en ellos y en contar una historia estaban las fortalezas de las coreografías, más si se trataba de expresar un sentir tachirense», rememoró la también directora de SOS Ballet.
Destacó el interés mostrado por Oscar Duque al momento de proponerle realizar el referido homenaje, al que se unió el Coro del Instituto Universitario de Tecnología Agroindustrial (IUT) Región Los Andes con la interpretación de Niño Lindo, We wish you a merry christmas, Alúmbrame San Juan y La Restinga, bajo la dirección del maestro Javier Márquez.
Por su parte, el regente de la DCET manifestó su satisfacción por el resultado de esta deferencia hacia «una gran maestra e investigadora que aunque dejó una gran obra pocos se percataron de ello y no se le brindó en vida el reconocimiento que merecía, aspecto que es motivo de reflexión y por lo cual hoy la Gobernación del Táchira, a través de la Dirección de Cultura, quiso honrar su memoria con una de las manifestaciones culturales que más le apasionó: la danza».
Expresó su aprecio y admiración hacia sus hijos Alexis, Leandro y en especial hacia Soldelmar, quien «de hecho es la asesora en danza de la DCET», comentó Duque. /FIN Prensa Dirección de Cultura-Dasmereli Díaz/Fotos: Marcelo Delgado.
