En el marco del Taller de Actualización de Enfermedades Zoonoticas que se viene cumpliendo en el Hospital Oncológico desde el pasado martes, el doctor José Luis Pérez, supervisor nacional de la Dirección de Salud Ambiental, se refirió a la fiebre Chikungunya en Venezuela aclarando que si bien la misma no es una enfermedad zoonotica, en estos momentos resulta de gran importancia profundizar en el tema.
Pérez explicó que desde el pasado mes de mayo Venezuela comenzó a registrar casos de Chikungunya, por ello se inició la vigilancia epidemiológica a fin de evitar que la enfermedad sea transmitida por el vector que está presente en el país.
“Nosotros estamos abocados a eliminar o a bajar la densidad de los vectores transmisores que son el aedes aegipty también transmisor del dengue y el aedes albopictus, también conocido como el tigre, vector responsable de transmitir 18 enfermedades, por lo que hay que ser más cuidadosos pues el mismo está presente en Aragua, Carabobo, Cojedes, Miranda, Distrito Capital y Vargas”, dijo.
El epidemiólogo destacó que es sumamente importante minimizar la presencia de estos vectores, eliminando los criaderos, que valga aclarar puede ser cualquier depósito de agua que se de en zonas oscuras y sombreadas.
“El papel que la población juega en este aspecto es de vital importancia, pues si se dejan depósitos de agua sin tapar, sin abatizar, entonces son criaderos potenciales, además si no se lavan los pipotes, el huevo puede quedar por meses en las paredes de este recipiente y cuando se vuelve a llenar de agua, se activa y nacen las larvas”, aclaró.
Para el galeno el Chikungunya es un virus similar al dengue, pero con diferencias en los síntomas que produce en el paciente, la fiebre es más elevada, los dolores articulares son bastante fuertes, aunque se asemejan en el dolor de cabeza y el malestar general, el Chikungunya produce la inflamación de las articulaciones que incapacita a las personas.
Explicó que la fiebre Chikungunya tiene tres fases: la aguda y sub aguda que dura 10 días durante los cuales da fiebre, pruritos y dolor en las articulaciones que produce una rigidez que incluso impide hasta agarrar un lápiz y una fase crónica que puede durar hasta tres años, durante los cuales presenta crisis de poliartralgia.
“Aunque ya se haya recuperado el paciente, durante la fase crónica el paciente puede tener crisis, un día puede estar bien y el otro con dolor en las articulaciones que requerirán reposo, y aunque el paciente crea inmunidad, su cuerpo quedó tocado por el virus”, agregó.
José Luis Pérez indicó que si bien esta enfermedad no tiene una vacuna si hay un tratamiento sintomático basado en acetaminofén, bastante líquido y reposo. El médico tratante irá recetando los medicamentos a medida que se vayan presentando los síntomas.
“El tratamiento inicia con acetaminofén, un antialérgico al aparecer los pruritos, luego de una semana, puede incorporarse el ibuprofeno, el diclofenac, que son antiinflamatorios, analgésicos no esteroideos”, dijo.
El galeno insistió en la eliminación de criaderos como la manera para evitar esta enfermedad, pues la misma ya está entre nosotros y dependerá de las medidas que adoptemos si entra en nuestro hogar o no. FIN/Jhoana Suárez/Foto: Rafael Salas