Por José Gregorio Vielma Mora
Los fenómenos económicos son altamente complejos y, hoy en día, responden a una serie de factores ligados a la complejidad de los mercados internacionales. Venezuela, por su carácter de país exportador de petróleo y su poca diversificación productiva está supeditado a los embates que se suceden del complejo sistema económico internacional.
Ya desde la década de 1940, venezolanos como Arturo Uslar Pietri o Alberto Adriani, habían advertido la necesidad de diversificar nuestra economía y de aprovechar la riqueza petrolera para apalancar el desarrollo. Estas ideas están hartamente debatidas y analizadas, todos estamos de acuerdo de la urgente necesidad de industrializar nuestra Patria. El Comandante Hugo Chávez realizó esfuerzos constantes para alcanzar este objetivo y nuestro actual Presidente, Nicolás Maduro, tiene esta prioridad como la más urgente.
Ahora bien, ¿Qué factores estructurales han impedido sembrar el petróleo? Para responder esta interrogante quiero valerme de nuestra experiencia de 5 años como Superintendente del Seniat, que nos permitió conocer la realidad productiva de nuestro país.
La condición importadora de nuestra economía ha desarrollado circuitos de distribución comercial anómalos y desproporcionados. Cada circuito económico –bienes y terminados o no- poseen una compleja cadena de intermediariosque hace casi imposible el control y monitoreo de los mismos. Sobre un producto importado se involucran una serie de agentes económicos que participan en la cadena de distribución y comercialización. Es decir, no solamente tenemos a muchos agentes importando sino que tenemos a muchos más “empresarios” relacionados con esa misma importación. Esto genera un efecto especulativo incontrolable.
Para empeorar las cosas, esas estructuras intermediarias también se montan sobre las pocas áreas productivas en nuestro país, generando igualmente acción especulativa sobre los bienes nacionales. Así que, además del fenómeno inflacionario, cuyas causas derivan fundamentalmente de la especulación cambiaria, tenemos unas redes monstruosas que, cada vez más, crecen como mecanismos de “inversión” de nuevos agentes que quieren participar en nuestra economía.
Es por eso que, cualquier plan de desarrollo productivo debe pasar por un nuevo esquema. Primero que detecte e identifique esta red estimulándolos y redirigiéndolos hacia las actividades productivas reales. Es necesario, entonces, pensar en actividades de pequeña y mediana dimensión –PYMES- para estos factores económicos que tienen inversiones hechas y los cuales, en todo caso, poseen experiencia como empresario o empresaria. No debemos estigmatizarlos de especuladores.
Ellos son producto de la propia condición importadora exacerbada de nuestra economía y de tantos años de tradición monoexportadora. No se trata nada más de estimular la producción, debemos conocer a fondo nuestra realidad económica y atacar directamente las causas que entraban las políticas públicas de estímulo.
A estas alturas creemos que hay la suficiente experiencia para ensayar diversas modalidades. Al lado de las empresas de producción social, de las redes de distribución pública, de las organizaciones comunales productivas, debemos contar con estos agentes económicos y ponerlos en función del desarrollo productivo nacional.
Su invisibilidad es justamente la causa por la cual la lucha contra la especulación se hace imposible y el desmontaje de estas estructuras sin la estrategia debida, impactaría negativamente tanto en la distribución, en el almacenaje y el transporte.
Gobernador Bolivariano del estado Táchira
@VielmaEsTachira
