La Sala Freddy Pereyra de la Escuela Regional de Teatro, se vistió de gala al recibir a la agrupación La Quimera de Plástico, de España, los días 6, 7 y 8 de noviembre, con la obra dramática «Mujeres», un entretenido y absorto monólogo a cargo de la actriz Selma Sorhegui.
El público se dio cita en la mencionada sala para presenciar un acontecimiento digno de atención, sobre las tablas, un tendedero de ropa colgaba de punta a punta del escenario, en él, calcetines, camisas y pinzas de ropa conformaron el espacio que dio paso a la historia de María.
¡Vecina, vecina! la voz de una mujer ansiosa por desahogarse, clamaba desde un modesto apartamento, era María, quien mientras planchaba la ropa decidió contarle a su vecina los malos tratos que sufría por parte de su esposo y su cuñado quien para su desgracia, vivía con ellos.
María tenía todo lo necesario para vivir, pero se sentía sola, utilizada y secuestrada en su propio hogar, lidiaba con el abandono de su marido, un cuñado moralmente insano y un morboso que la acosaba sexualmente por teléfono, su único consuelo eran sus 2 hijos una señorita cautivada por las amistades y un bebé que siempre le acompañaba.
Cuando María pensaba morir sin conocer el amor otro hombre tocó su corazón, un joven que la rodeo de atenciones y detalles, hambrienta de amor cayó a su invitación, hecho que la condenó a vivir encerrada en cuatro paredes ya que fue descubierta por su esposo.
Desde entonces, solo el licor, aunque de desagradable sabor, era el analgésico que anestesiaba el desamor de María, aniquilada por la desvaloración, había aprendido a defenderse sola, ocultaba sus sentimientos y más profundos deseos y ante las peticiones sexuales de su marido solo decía «sí señor».
Enloquecida por su triste realidad, invertía la correcta posición de los alimentos, perdía sus llaves e, incluso, su propio hijo, solo hasta reconstruir mentalmente todos los hechos vividos lograba encontrar sus posesiones perdidas.
Sumida por la rutina, un día despertó y se dispuso a atender a su familia sin fijarse que era uno de los domingos que tanto anhelaba para descansar, fue hasta detenerse a pensar qué día era, para descubrir que su tan anhelado domingo, había llegado, así que durmió nuevamente junto al hombre culpable de su gran dolor.
Al igual que María gran cantidad de mujeres en el mundo sufren malos tratos, violencia física, psicológica, emocional y sexual, esta jocosa pero reflexiva obra mostró la notable humanidad de la mujer quien merece un trato digno, igualitario y respetuoso por parte de los hombres.
Vale destacar que es la cuarta vez que esta obra es presentada en Venezuela bajo la dirección del español Tomas Martín, dueña del Premio al Mejor Monólogo en el Festival Cumbre de las Américas en Mar de Plata, Argentina, y acreedora de la mejor ovación por sus más de 300 funciones en América Latina y el mundo.
A propósito de tan impactante y conmovedora historia, su protagonista instó a las mujeres que sufren algún tipo de violencia a no resignarse a los abusos y a no tener miedo, sino a denunciar ante las autoridades competentes. Fin Prensa Dirección de Cultura del Estado/Darkys Ostos-Fotos: Milangela Álvarez.
