La Mirada de Todos | No es la misma situación

Vielma Mora (Antherson) (31)

Por José Gregorio Vielma Mora

Nuevamente los enemigos de esta Patria, aquellos cuyas apuestas al caos y la destrucción de la sociedad son altísimas, intentaron –sin éxito gracias al Santo Cristo de La Grita- probar suerte con la muerte. Efectivamente los rumores, hechos virales en las redes sociales y algunos medios internacionales, de saqueos a comercios y destrucción de locales por el “pueblo enardecido” en búsqueda de los bienes que no consigue, se regaron como pólvora con las consecuentes angustias de venezolanas y venezolanos de buena voluntad.

Esta vez sí les funcionó el recuerdo del 27 de febrero de 1989, fecha infausta en la que los cuerpos de seguridad y el ejército de entonces, salió a masacrar a un pueblo cansado de la miseria, del desempleo y de ver pasivamente como la burguesía sacaba del país sus capitales robados para ponerlos a buen resguardo en el exterior.

Un hecho histórico como ese de triste remembranza, hasta este momento había sido ignorado por los voceros de la oposición. Desde luego, esta vez sí le era útil recordarlo aunque sean ellos mismos los verdugos de miles de personas que cayeron en las calles de Caracas y cuyos cadáveres fueron a parar –sin identificación- en la fosa común de “La peste” en el Cementerio General del Sur en nuestra capital. Vaya falta de vergüenza servirse de eso para alentar violencia en nuestros días.

Hablan de saqueos pero no abundan en explicar las causas que produjo aquellos fatídicos momentos. Seguramente no contarán que el noble pueblo venezolano eligió con buena mayoría al asesino de Carlos Andrés Pérez para un 2do. mandato bajo las promesas electores de medidas sociales de protección al pueblo y que, en menos de 2 meses, esas promesas se convirtieron en liberación de precios y escasez por acaparamiento.

Aquel pueblo cansado de 2 períodos presidenciales antecedentes –Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, de Copei y AD respectivamente- había votado por Pérez, quien le prometió controlar los precios y detener la inflación y, en menos de un mes, luego de su coronación en enero de ese año en el Teatro Teresa Carreño, implementó sin dudarlo políticas radicales de corte neoliberal.

Entre las más duras e inclementes están el aumento del precio de la gasolina y del transporte colectivo, así como los alimentos y bebidas. Y el  pueblo venezolano que no aceptaba más engaños ni demagogia salió, con sobradas razones, a reclamar la burla más fenomenal hecha por presidente alguno hasta ese momento.

No negamos la inflación y el desabastecimiento actual, pero las causas de estos males de hoy tienen otras raíces, aunque lo provoquen los mismos actores de siempre con peores y más bajas motivaciones. Ya nadie niega la GUERRA ECONÓMICA aplicada contra nuestro país con distintos métodos y desde distintos frentes. Hasta nuestro sector privado la reconoce y está consciente de los daños irreversibles que se le está causando a nuestra economía. No me voy a referir a ellas porque se ha hablado mucho de ellas y cada día nuestra sociedad está más clara de quiénes son los culpables y cuáles son los fines que persiguen.

La ola de rumores no hace más que confirmar los fines oscuros de los entreguistas de siempre, lo que los devela, aún más, como los “jefes” de las bandas de comerciantes deshonestos, contrabandistas, acaparadores y bachaqueros que están detrás de toda esta conspiración económica. Esta semana “testearon” la situación que ellos consideraban madurada para el caos y la destrucción. Ni ellos, ni sus financistas del norte desean un nuevo presidente o un nuevo régimen de derecha, eso es mentira y debe quedar muy claro hasta para sus seguidores de la oposición.

Sin duda lo que desean es la destrucción de la sociedad y el orden. Mienten cuando hablan de democracia y libertades. Lo que un pequeño pero peligroso grupo oposicionista quiere es hacer lo mismo que en Irak, Afganistán, Libia, Tunez o Siria. Pregúntese el pueblo opositor ¿A dónde fue a parar la aplaudida Primavera Árabe? Ellos derrocan gobiernos para destruir sociedades y mantenerlas así como una forma más sencilla y rentable de saquear sus riquezas, mientras sus habitantes huyen desesperadamente a Europa para sobrevivir de la destrucción y el caos.

 Ahora los países europeos no encuentran cómo hacer con esa inmensa migración producto de la destrucción de sus tierras originarias. ¿Queremos eso para Venezuela? No nos llamemos a engaño, esta nueva forma de generar “libertades” debe estarle funcionando a los EEUU para seguir repitiéndola en casi todos los países del Medio Oriente y África. Ellos saben que la violencia, una vez desatada, puede fácilmente ser sostenida en el tiempo y estimulada para bien de la industria armamentista mundial.

No habrá saqueos ni violencia porque este pueblo mayoritariamente, ama la paz y a su revolución bolivariana.  @VielmaEsTachira